jueves, 16 de diciembre de 2010

Solea del Amor Indiferente

Author:Manuel Benitez Carrasco
Ni rencores ni perdón. 
¡No me grites. No me llores! 
¡lo nuestro ya se acabó!. 
¿Rencores? ¿Por qué rencores? 
¡No le da a mi señorío 
guardarle rencor a un río 
que fue regando mis flores! 
Tú me diste los mejores 
cristales de tu corriente, 
y no sería decente 
maldecirte por despecho 
si sé que tienes derecho 
a dar o a negar la fuente. 
¡Debo estarte agradecido 
por tu generosidad! 
Tú me diste por bondad 
lo que yo dí por cumplido: 
Me brindaste tu latido, 
tu boca nunca besada, 
tu carne nunca estrenada, 
tus ojos siempre esperando 
con dos ojeras temblando 
debajo de la mirada; 
me diste el primer te quiero, 
que es el que más atociga, 
y llenita de fatiga 
me diste el beso primero. 
Y hasta que llegó a tu alero 
aquel mal viento ladrón, 
yo sé que tu corazón 
fue mío por vez primera, 
y sólo mía la acera 
debajo de tu balcón. 
Por eso, yo, bien nacido, 
no te odio ni te aborrezco, 
¡al contrario!, te agradezco 
todo cuanto me has querido. 
No me importa si te has ido 
con tu barca hacia otro mar, 
que yo no te puedo odiar 
por esta mala partida; 
porque odiar es en la vida 
un cierto modo de amar. 
No vengas ahora a mi lado 
para pedirme perdón, 
el perdón es la razón 
de volver a lo pasado, 
¡y lo pasado acabado! 
¿qué pasó? ... ¿por qué pasó? 
¡Déjame que viva yo 
sin perdón y sin rencores! 
Porque por más que me llores ... 
¡lo nuestro ya se acabó! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario